La enseñanza del inglés ha estado influida por varias teorías del aprendizaje y concepciones lingüísticas que la han orientado por muy diversos cauces y han originado cambios metodológicos importantes a lo largo de las últimas décadas.
A comienzos de los años sesenta, N. Chomsky se opuso al conductismo estructuralista considerando el lenguaje como una actividad mental, como una facultad que se adquiere a través de procesos cognoscitivos. Pone de relieve la capacidad innata de los nativos para usar unas reglas básicas que les permiten generar o comprender infinitas oraciones, incluso sin haberlas oído nunca.Tal apreciación supone reconocer un proceso creador que los conductistas no tienen en cuenta, ya que para ellos el proceso es puramente mecánico. Esta nueva concepción mentalista, transformacional, que resalta los procesos cognoscitivos, atribuye nuevos roles a los alumnos. En lugar de considerarlos sujetos pasivos imitadores y reproductores de los modelos que se le presentan, se consideran sujetos que intervienen activamente en la construcción (o interpretación) del lenguaje.
Es en los últimos años cuando se ha centrado el énfasis en los actos comunicativos que tienen lugar cuando usamos la lengua, en las nociones y funciones lingüísticas que expresamos, en el uso apropiado de esas formas de acuerdo con el contexto, las situaciones comunicativas y los interlocutores. Se ha implantado lo que se viene denominando el enfoque comunicativo.
La integración de España en Europa y la ampliación de las relaciones internacionales entre el Este y el Oeste europeos, ofrecen un nueve contexto social. Las posibilidades de comunicarse con otros hablantes europeos va aumentando y con la inminente circulación de profesionales y trabajadores entre los países miembros, lo que ahora se considera como posibles necesidades, pronto se va a convertir en necesidades reales. Por otra parte, también se están incrementando los intercambios culturales y los viajes turísticos de forma que, en unos años, el no ser plurilingüe puede limitar las perspectivas culturales y profesionales del ciudadano. Conscientes de este hecho, nuestro proyecto intenta sentar las bases para proporcionar a los alumnos una competencia comunicativa que les permita desenvolverse en la nueva Europa.
Por otra parte, se reconoce el potencial educativo de las lenguas extranjeras y su contribución a una mejor comprensión y dominio de la lengua materna. Por tanto, deseamos aprovechar el estudio de los idiomas extranjeros para favorecer la reflexión y el conocimiento de la primera lengua y a la inversa. Es decir, se busca una interconexión que repercuta en el dominio de ambas lenguas. Se parte de las estrategias y "esquemas de conocimiento" que el alumno ha desarrollado ya en la L1 para propiciar el aprendizaje de la L2.
En consonancia con los planteamientos adoptados para la enseñanza de la lengua y la literatura española, adoptamos un punto de vista funcional a la hora de estudiar el lenguaje y se distinguen dos funciones básicas: la comunicación y la representación. Aprender una lengua consiste en aprender a comunicarse con ella. Para ello, se necesita, además del conocimiento de la gramática, el estudio de los significados, usos y reglas sociolingüísticas que intervienen en el acto de la comunicación. Se pone un énfasis extraordinario en el desarrollo de las habilidades y destrezas que permitan comunicarse en situaciones variadas.
Para que el estudio de la lengua sea más eficaz y real habrá de afrontarse de forma contextualizada, en diálogos y textos que favorezcan la interacción, el conocimiento social, la asociación de los significados con su contexto situacional. Se abandona el paradigma estructuralista que predominó en las décadas anteriores y estudió los elementos del lenguaje (estructuras, vocabulario, sonidos,...) en oraciones aisladas, fuera de un contexto social, para acogerse al paradigma pragmático y discursivo, que estudia la lengua a través de actos comunicativos, la relación entre las oraciones, sus contextos y las situaciones comunicativas en que se usan.
Consideramos al alumno como centro de los procesos de enseñanza-aprendizaje. Por tanto, se intenta que las situaciones comunicativas que se presentan satisfagan sus necesidades de comunicación y estén relacionadas con sus vivencias y experiencias. Se parte de los conocimientos previos del alumno para establecer conexiones continuas entre lo que se enseña y los conocimientos lingüísticos y socioculturales que ya posee para favorecer su integración dentro de los esquemas de conocimiento del aprendiz y propiciar un aprendizaje significativo. De esta forma, se pretende favorecer la "construcción de los aprendizajes".
Se parte de que la lengua no se aprende "ya hecha", tal y como se presenta en clase, sino que el alumno tiene que ir construyéndola mediante la elaboración paulatina de reglas y normas lingüísticas, sociolingüísticas, etc. que van formando su interlengua, con aciertos y errores, según su estado de desarrollo.
En este largo proceso de construcción de los aprendizajes lingüísticos y desarrollo de la interlengua, nuestro proyecto acentúa la importancia que tiene para todo alumno aprender a aprender, saber aprender, el aprendizaje autónomo, la responsabilización y el compromiso personal en las tareas de aprendizaje.
Tradicionalmente, la enseñanza de los idiomas se ha venido organizando en torno a unos objetivos específicos que se intentaba alcanzar impartiendo unos contenidos lingüísticos que se aprendían a través de una serie de actividades, ejercicios o tareas orales y escritas. Al final, se evaluaba a los alumnos mediante tests para comprobar hasta qué punto se habían conseguido los objetivos propuestos. Nuestro proyecto, en consonancia con el Diseño Curicular Prescriptivo ha completado la secuencia anterior incorporando aspectos que se han venido descuidando y que se cree mejorarán el proceso enseñanza-aprendizaje. Las nuevas enseñanzas han de propiciar la competencia comunicativa del alumno que se define como el conjunto de cuatro subcompetencias: la gramatical, discursiva, sociolingüística, estratégica y sociocultural. Mientras que en el pasado la enseñanza se centraba fundamentalmente en la subcompetencia gramatical (o lingüística), en el presente, se pretende ampliar el ámbito de actuación para incorporar elementos de las otras cuatro subcompetencias.
Partiendo del marco conceptual que acabamos de esbozar, nuestro proyecto, de acuerdo con La Reforma propone tres tipos de contenidos: a) conceptuales, referidos a hechos, conceptos y principios, b)procedimentales, referidos a procesos mentales de aprendizaje y/o a estrategias y c) actitudinales, referidos a actitudes,valores y normas.
Los contenidos conceptuales abarcan los aspectos funcionales, morfosintácticos, léxicos, fonéticos (y culturales).
Los contenidos procedimentales -los más novedosos- se refieren a las técnicas, acciones y estrategias que intervienen en los procesos de aprendizaje.
Por último, los contenidos actitudinales se desarrollan tanto en las situaciones de aprendizaje como en las relaciones sociales del aula. Mediante los aspectos actitudinales se ejerce cierto control sobre el aprendizaje, se regulan los factores afectivos y se promueven procesos colaborativos.